En América, Asia y Europa se encuentran roedores de todo tipo, siendo las ratas los que imperan en número. La forma de vida de las ratas no tienen ninguna limitación en la manera en la que tienden a invadir cualquier espacio público o privado. Desde cualquier plaza, calle, apartamento, lugar o escondite del mundo que les sirva para resguardarse.
Para muchos, la manera más sencilla de eliminar a estos roedores viene dada por la compra de innumerables productos de origen químico. Sin embargo, hay quienes optan por formas más naturales para su erradicación. La adopción de gatos dispuestos a cumplir gustosamente con la tarea del orden y mantenimiento de la casa o el espacio es una alternativa común.
Tiempo de vida y maneras de convivencia de la rata
La vida media de ratas y ratones en condiciones naturales es más bien corta, hasta un año aproximadamente, como consecuencia de la predación o la competencia. En condiciones naturales estos roedores se reproducen durante todo el año, no obstante, presentan épocas de máxima fertilidad como en primavera y otoño. Por su parte en invierno y verano el apareamiento es menor, siendo estas últimas las épocas más oportunas para combatir las plagas de roedores.
Aunque parezca curioso y por mucha repulsión que estos pequeños seres puedan generarle a la mayoría de las personas, quizá por su aspecto peludo y ganas de querer morderlo todo, estos roedores pueden tener formas de comunicarse entre sí. Esto confirma que las ratas tienen formas propias de convivencia, ya que pueden vivir en sociedad sin problema alguno
Forma de vida de la rata
Las ratas y ratones, por lo general, desarrollan mayor actividad por la noche, especialmente para realizar la búsqueda de alimentos. En el caso de las ratas, pueden trepar por paredes verticales de ladrillo u otro material con suficiente porosidad al incrustar la punta de sus uñas y así alcanzar techos y ventanales.
Al mismo tiempo las ratas pueden saltar sobre paredes lisas hasta 13 pulgadas, por lo cual se recomienda. Adicionalmente, son excelentes nadadoras, y existen especies capaces de nadar hasta 800 metros y sumergirse con gran facilidad, siendo entonces los colectores domiciliarios de alcantarillado algunas de las vías por las que pueden introducirse.
Las ratas tienden a construir sus madrigueras, aunque difieren en su capacidad excavadora. Este hábito está más desarrollado en la rata de Noruega, ya que se adapta con mayor facilidad a vivir en túneles, pues sus orejas son cortas y sus pelos de aberturas naturales las resguardan del polvo.
La rata del tejado se adecúa más fácilmente a la vida de trepadora y solo construye madrigueras donde no prevalece la rata de Noruega. Se sabe que las ratas excavan hasta una profundidad de casi dos metros en tierras blandas o de relleno.
Esta capacidades aeróbicas les permite eludir cimientos poco profundos y penetrar así al interior de una bodega.
Aporte de las ratas al ecosistema
Es de gran importancia darle un matiz menos desprejuiciado a la importancia que tienen los roedores para el equilibrio de los ecosistemas. Ya que la rata sirve como fuente de alimentación por una gran cantidad de carnívoros, aves de presa y serpientes.
Esto los hace fundamentales en muchas ocasiones para la permanencia de varias especies que los consumen. Por estas razones es que muchas especies de ratas son considerados especies clave, ya que promueven una serie de respuestas benéficas para los ecosistemas.
Si bien es importante tomar en cuenta los riesgos de salud que las ratas pueden ocasionar a las personas, es a través de la consciencia humana que se puede garantizar el equilibrio y las previsiones necesarias para vivir en armonía con nuestro entorno.