Los roedores llamados ratas, para muchos, son las más detestables y asquerosas especies que habitan nuestro planeta por ser una de las principales causas en llevar un sin fin de enfermedades a nuestros hogares y urbanismos. Al tener este panorama uno se preguntaría los beneficios de las ratas y cuál es su función en el ecosistema.
A continuación te daremos otro enfoque para entender la importancia de estos roedores tan despreciados y sus beneficios al ecosistema.
Su existencia: un dolor de cabeza.
Con más de 2300 especies, estas representan a nivel mundial más del 40% de los mamíferos en la actualidad.
Estos se reproducen con una facilidad pasmosa por cada camada. De 3 a 8 camadas llegando hasta 15 crías por camada. Y aunque da la impresión que llegan a tener muchos años de vida en realidad no llegan hasta los 2 años.
Las ratas se alimentan desde semillas y flores pasando hasta insectos. Las más comunes son las que vemos en los urbanismos (Rattus norvegicus). Entre ellas se clasifican entre las ratas de alcantarillado (Rattus Rattus), de tejados (Mus musculus) y las que habitan en el campo (Apodemus sylvaticus).
Su existencia para el mundo moderno, así como en el pasado, ha representado grandes pérdidas en la economía de los pueblos que se ven afectados. Tanto por la destrucción de cultivos, en el sector pecuario, y la pérdida de vidas humanas producto de la transmisión de graves enfermedades en sectores de bajos recursos económicos.
Beneficios de las ratas para el ecosistema
Increíblemente, ante los distintos problemas que han causado estas especies, la respuesta es afirmativa. De hecho, los beneficios de las ratas son más importantes de lo que uno pudiera imaginar
Uno de los beneficios de las ratas y otros roedores similares es que son una fuente casi inagotable de alimento para carnívoros más grandes. Aves de rapiña o reptiles son los principales beneficiados.
Al crear madrigueras para sus crías, producen la ventilación necesaria del suelo para el campo, permitiendo la constante filtración de agua y materia orgánica. Esto beneficia a las plantas y nacimiento de nuevos árboles, así como de la alimentación de los ya existentes.
Las ratas junto a las abejas ayudan a la proliferación de nuevas plantas, extendiendo las semillas a lugares fértiles para que puedan germinar. Sin nombrar que por su condición de carnívoras reducen considerablemente los insectos que amenazan a la agricultura.
En la antigüedad, en algunas zonas indígenas usaban a estos roedores como alimentos y como medicina. Sin embargo, esto no se puede realizar en los urbanismos porque habitan en basureros o sitios sucios.
¿Qué hacer con las ratas?
Luego de haber comprendido la importancia histórica y global para nuestro ecosistema por parte de las ratas, hay que buscar formas de alejar dichos roedores de nuestras ciudades por los peligros nombrados anteriormente sin llegar al extremo de amenazar su existencia.
Hay que tomar en cuenta como nota informativa que el ser humano promedio que vive en la ciudad genera más de 500 kg de basura al año, si esto lo multiplicamos por el número de pobladores que habitan ahí el resultado es uno de los problemas en los que enfrentamos ante esta propuesta de buscar una solución.
Simplemente estas ratas buscan crear sus madrigueras en la basura y alcantarillas, llegando su imperio de crías a tal extremo que incluso pisan nuestros hogares.
Esto nos hace reflexionar un poco sobre el trato que le damos al medio ambiente y entender que la existencia de las ratas en nuestras ciudades no es una causa precisamente, sino un efecto del gran deterioro que existe en nuestros urbanismos.
Es importante, ante este panorama, crear alternativas comunales que permitan desalojar progresivamente a las ratas a sus sitios naturales como los campos y terrenos abiertos para que puedan seguir siendo fuentes alimenticias a otras especies y a su vez colabore con la germinación de las semillas.